en el pómulo de la cordillera
y la taza roja se rompe
para que la vuelvas a usar.
Sacale una foto
para reírte después.
El karma lo construimos,
con piel y a las patadas.
Cuando el día es el choque
entre dos carcajadas sordas,
y el parlante satura los graves
dónde deberíamos sonar nosotros.
Encendé el pulmón
y cantá tu bajo
con los ojos.
El karma lo construimos,
con piel y a las patadas.
Cuando el día se cae de las manos
sobre la baldosa, cemento, madera,
la manteca no está en su lugar
y se rompió la puerta de la heladera.
Cociná con polvo
y masticá estrellas.
El karma lo construimos,
con piel y a las patadas.
Cuando el día es ese error
más que nada irreversible
que rompió todo espejo
para besar cada gato negro.
Cortate la cola,
y ponela en el llavero.
El karma lo construimos,
con piel y a las patadas.
Cuando el día es el conglomerado
de gajos, de la mandarina
más ácida de tu árbol,
y el que tiene hambre no sos vos.
Acordate que cada uno
hace de su lengua
lo que quiere.
El karma lo construimos,
con piel y a las patadas.
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