Voz a vos

Hablar con los labios
o con los ojos
en las manos cerradas
del fauno.

Hablar con la lengua grisácea
con los nudillos quebrados
con los pulmones torcidos
para enseñarle al mundo
que bailar es no pensar.

Hablar cuando el reloj
digiere las palabras
con arena, limón y sal.

Hablar cuando las preguntas
se ahogan en la cañería
del vecino que te cae bien.

Hablar a las patadas
Hablar a los besos
Hablar a los manotazos
Hablar a los abrazos.

Hablar con las astillas del sol
enterradas en la planta del pie
para caminar más derecho.

Hablar porque hay
un abismo
entre dos moscas,
una a cada lado de la sopa.

Hablar desde la sangre
para llegar
a la filosófica matemática
ilógica  que te mueve.

Hablar en silencio,
con el micrófono apagado,
aunque te pique la garganta.

Hablar sonidos sordos
para no tener que decir
nada más.

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