El depósito de cadáveres sin nombre siempre está vacío. En
los próximos meses van a hacer una investigación. Dicen que en los 70’ este
campo deshabitado era estratégico para esconder las víctimas de la estrechez e imbecilidad
humana. Ahora, otras víctimas de lo mismo buscan ahí a sus desaparecidos para
encontrar la cura al sangrado permanente de las heridas.
Por primera vez,
alguien va a pisar aquel espacio e interesarse en las almas que se dejaron
depositadas. En el caso de que las
almas no existan y solo haya cuerpos en estado de putrefacción, alguien va a
movilizar un poco la energía estancada en ese espacio sombrío. En el caso de
que tampoco exista la energía, alguien va a ir a visitar al pobre Ramón que se
pasa 12 hs del día en la entrada del lugar y se aburre muchísimo.
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