Secuencias hasta llegar a Luján

-          Quizás las lenguas de los hombres son más viscosas que las de las mujeres. Y los periodos productivos aparecen cuando el amor te zambulle en su dialéctica infinita. Sino, queda poco por decir de la historia de la piba en el micro…

-          Pero se puede disfrutar el constante vibrar de las ruedas sobre el asfalto irregular, sobre todo cuando vas sentado, mientras vez por la ventana que una hormiga habla por teléfono con Marx para hacerle un par de preguntas.

En el puente Olive hay una pila de ladrillos que están por construir la vereda. Se sube al bondi un pibe con gorra que va de la mano de la chica con ojotas. Carrodilla es una palabra hermosa si lográs acostumbrarte a la distancia entre el centro y tu centro y la inconciliable discusión de todos tus yoes acerca de dónde estás, por ejemplo, un sábado a las 6 de la mañana.

La chica abre la ventana, el viento nos vuela el pelo furiosamente porque el chofer maneja de la misma manera. Segundos después el pibe de atrás la cierra, porque en realidad está fresco. Bendito, si es que esta palabra quiere decir algo, maldito, si es que esta palabra puede decir lo mismo, sea el fresco de vivir en tierra de nadie. También la cervecería sobre la calle San Martín que con sus toneles inmensos me deja fantasear con poner la boca debajo de la canilla que viene desde el techo y bañarme en cerveza. Aunque sea martes. Cualquier día se disfraza de mosaico al de corazón abierto. Lo siento pero siento. La humanidad traspasando mi cuerpo hasta hacerse otra capa de piel que me protege. Lo siento, a pesar de los errores soy una devota y militante del amor sincero, ese que cuando es necesario retrocede para dar paso a las palabras ahogadas, que casi no puede escribirse en un poema y que reconoce la hipocresía humana antes de hacer cimientos. No me acuerdo de qué estoy hablando, no debe tener sentido. Una calandria hizo un nido con las letras de mis palabras. Sale a dar de comer a sus pichones que no se ven desde abajo porque son pequeños como soles en vías de desarrollo. Malditas construcciones lingüísticas. Estoy tan sujeta a las reglas de esta sociedad como las mentiras de muchos otros que no reconocen su nociva sumisión cotidiana.

Uh, llegué a la parada. Camino hasta el timbre. Acaban de girar la cabeza más de dos personas para mirarme las piernas. Alguien dice “chau mi amor que linda que sos”. Yo me pregunto por qué no se mete el piropo en el culo y se pone a cantar una canción. Nadie me está respetando como se supone que pasa con las personas lindas La Concha de Tu Madre, me siento prácticamente embebida en machismo un gran porcentaje del tiempo, tengo varios puñales por enterrar en el bolsillo y puedo resumirlo todo con una afirmación: mi amor, que me toques a los 16 años medio desmallada en un baño, no es amor ni sexo consentido.

 Me acuerdo que este temita de la agresividad es un tema con mayúsculas. Sonrío al piropo y me dejo de problemas existenciales que no puedo solucionar. Camino hasta mi casa, hay pizza para comer, que bien.