Los
duendes asombrados
se
camuflan entre las flores
con
disfraces acuosos
de
colores amarronados
como
la sierra y tus ojos.
Las
hojas de los árboles
son
en verdad mariposas
fluyen
como ríos de perlas
amarillas,
azules y rojas.
Las
hadas más soñadoras
miran
pasar una estrella
fugaz
como la mañana
y
desean verse igual de bellas.
Las
gotas de lluvia
caen
como témpera
para
pintar las alas
de
las mariposas, los gorros
de
los duendes, los pétalos
de
las rosas, la desnudez
de
las hadas, es una explosión
a
colores, un mundo con sabor
a nubes
una
catedral de amores.
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