Angustia

Pareciera que son las diez
Pero ya ha sonado el despertador
lo he apagado tres veces
y nadie me espera a comer.

Ayer dije, hoy sería
un día sin tiempo
ahogado en sueños
descalzos y desnudos.

Mañana diré, hoy fue
otro suspender infinito
de segundos subyugados
por su amor al después.

Las cartas sobre la mesa
me asesinan cada vez
que pregunto una verdad
o evito oírla.

Me he convertido en
la resta de todas las virtudes,
la guillotina de la libertad,
cualquier miedo reprimido.

Me he recreado
en las manos de tu paloma
en las alas del helicóptero
en cada sonrisa envidiosa.

Me he olvidado
para qué he sido
la persona que fui
ayer, mañana y hoy.

Siento la asfixia característica de
los pulmones hechos branquias.
Y un vacío tan desgarrador
que solo se me ve en los ojos.

He perdido las máscaras
frente al espejo
pero el orgullo muere
en la necesidad de revivir.

He dejado cada abrazo
que podría alimentar
al demonio interno
con más lágrimas de sal.

Y seguiré peleando
suspendida en esta guerra
que es levantarte cada día
para cargar con vos.

1 comentario:

  1. Guau Landre, es una ternura este escrito, me había olvidado lo mucho qe me gusta como escribís :3

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